La Espera.


Se fué el último expreso de medianoche. Estaba entonces sentada en aquel asiento helado, congelándome, pero con un vaso de café en las manos intentando entrar en calor. La estación estaba vacía y el nochero se paseaba de una esquina a otra, esperando que de alguna forma entendiera que debía retirarme porque tenía cerrar.
La verdad es que él no me preocupaba en lo más mínimo. De echo pensé decirle que se fuera nada mas, podría dormir en ese asiento esperando al que de verdad me importa, seguro no iba a tardar.
Fue entonces cuando el nochero se acercó a mi y me dijo : "Señorita, debo cerrar y nadie puede quedarse en los andenes. El tren de la mañana llega a las 6am, a esa hora puede regresar."
Yo lo miré con ternura, admiré su gesto de amabilidad, pero la verdad es que no me movería hasta encontrarme con la persona que estaba esperando.

La ultima vez que lo ví, me dijo asi: "Nos veremos una noche en los andenes de la estación, cuando el frío exceda  la temperatura corporal normal y la neblina cubra la ciudad, cuando todos se hayan retirado de la estación y solo estemos tu y yo"
Desde entonces, cada vez que viene la noche y cae la neblina, llevo un termo con café y me siento ahí mismo en la estación, esperando encontrarme con El.
La verdad es que si no me hubiera atrapado su mirada, no estaría aqui cada noche esperando por el. Si no hubiera sido ese atardecer en su piel que lo hace tan cálido como es . Sino fuera su cabello al viento, ondulado, libre y libre como El. Sino fueran sus manos grandes y tiernas que me acariciaron cuando mas lo necesité, no estaría esperando el segundo encuentro.
Yo me enamoré de aquel hombre. Me enamoré y perdí la noción. Ya no sé que sentido tiene vivir sino lo vuelvo a ver. Nadie en este mundo es como El. En los brazos de ningun otro hombre encontraré el refugio a mi débil cuerpo, pues me lo da El.
No me sentiré mujer con ningún otro hombre, pues el me ama tal como soy.
Desespero.
No veo la hora de volverlo a ver.
Me dijeron que estoy loca? pues me encanta estarlo entonces, loca de amor.

Y es así. Hoy es 22 de abril. Cumplo 96 años.
Hace  76 años conocí al hombre mas hermoso de la Tierra y me enamore perdidamente. Prometió volver por mi una noche en los andenes de la estación, cuando el frío exceda  la temperatura corporal normal y la neblina cubra la ciudad, cuando todos se hayan retirado de la estación y solo estemos el y yo.
Desde ahí, no lo volví a ver. Sufro desde aquel entonces, de amor, como no se imaginan. Mi piel reclama su piel. Mis ojos casi ciegos quieren verlo otra vez. Mi respiración un poco agitada porque se que se acerca el momento, esta mas cerca que nunca.
Y aunque estas rodillas y estos huesos ya están viejos y débiles, no me importa. Hoy he preparado mi termo con café.
La noche esta fría y es la oportunidad.
He conocido en toda mi vida alrededor de 50 nocheros distintos. Todos intentan moverme de aquí, pero soy la unica persona que aloja las noches de frio en este lugar.
Mientras tomo mi vaso con café, mi corazon comienza lentamente a bajar su velocidad, y mi respiración tambien. La neblina esta espesa y estoy sentada esperandole otra vez.
Cuando menos lo pensé, entre la neblina, veo una sombra acercarse, rodeada de luz. No pudiendo resistirme, intenté reincorporarme como pude, y antes que cayera a cuerpo muerto al suelo, El tomo mi mano y me sonrió. Era El. 76 años de mi vida esperandolo y hoy nos volvemos a ver.
me abrazó fuertemente contra su pecho y me dijo
"Sigues tan bella como aquella vez que te ví, los años no pasan por tí. Hoy volaremos juntos, cuales tortolos van en pos de su felicidad, a lo mas alto del cielo."
No pronuncie palabra, pues me tenía cautivada su belleza. El me tomo de la cintura y me llevó. Volamos y fuimos felices para siempre en el infinito.

Desde entonces, dicen que mi cuerpo lo encontraron en la estación. Con un vaso de café y mi fiel termo al lado, me despedí de este mundo que me tuvo 96 años.
Actualmente, soy el ser mas feliz de todos, vivo con el amor de mi vida en las nubes. Valio la pena la espera.
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Patas flacas

Yo:

sigo teniendo cuello largo.-

Mas aún, estoy amarillenta. Debe ser la bilirrubina. Debe ser un dorado atardecer que imprimió sobre mi piel sus rayos de sol. Estoy amarrilla.

Unas manchas naranjas. Debe ser que al rascarme se pone naranja mi piel amarilla.

Patas flacas.

No!

Soy una jirafa

Sí, Soy una jirafa pequeña, pero soy una jirafa.
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Ella...

La quize arrullar entre mis brazos. La ví y no pude contenerme, parecía tan frágil, tan niña. Sus ojos tristes desbordaron un mar de sal que no cesaba. Mi corazón compungido, y el de ella abatido, solo buscaba recogerla y protejerla, no quería que siguiera sufriendo. Pensé en hacerme cargo de ella toda la vida, fabricarle mil cojines de plumas para que no toque duro su espalda, pensé en un lugar temperado siempre para que nunca pase frío..pensé en acariciar su frente para que sienta mi presencia y nunca se aparte de mí.

Lástima que es mayor que yo y no pasará mucho tiempo hasta que se seque las lágrimas y haya aprendido la lección. Mientras tanto, aqui me quedo yo, solo con las intenciones de guardarla entre mis brazos por siempre, esos mismos que me cobijaron el día que nací a esta vida. Quizás nunca sea una realidad, pero quiero que sepas que lo guardo en mi mente y mi corazón, que si por mí fuera dormirías en el bolsillo interno de mi chaqueta, ese que esta calentito y cerca de mi corazón.

Te amo cuanto no te imaginas, me duele tantas cosas..quisiera hacer otras más, espero Dios me dé años para vivir cerca tuyo y verte envejecer.
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