Ella...

La quize arrullar entre mis brazos. La ví y no pude contenerme, parecía tan frágil, tan niña. Sus ojos tristes desbordaron un mar de sal que no cesaba. Mi corazón compungido, y el de ella abatido, solo buscaba recogerla y protejerla, no quería que siguiera sufriendo. Pensé en hacerme cargo de ella toda la vida, fabricarle mil cojines de plumas para que no toque duro su espalda, pensé en un lugar temperado siempre para que nunca pase frío..pensé en acariciar su frente para que sienta mi presencia y nunca se aparte de mí.

Lástima que es mayor que yo y no pasará mucho tiempo hasta que se seque las lágrimas y haya aprendido la lección. Mientras tanto, aqui me quedo yo, solo con las intenciones de guardarla entre mis brazos por siempre, esos mismos que me cobijaron el día que nací a esta vida. Quizás nunca sea una realidad, pero quiero que sepas que lo guardo en mi mente y mi corazón, que si por mí fuera dormirías en el bolsillo interno de mi chaqueta, ese que esta calentito y cerca de mi corazón.

Te amo cuanto no te imaginas, me duele tantas cosas..quisiera hacer otras más, espero Dios me dé años para vivir cerca tuyo y verte envejecer.
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1 comentarios:

Anónimo dijo...

que bonito lo que escrbiste rosita bicolor, :M
sentimientos asi hacia los seres queridos son los que hacen que este planeta conserve esperanzas... Valores y valoracion.
=D

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