Carta al afligido

Pensaste
que todo sería fácil
y todo se vuelve incómodo
cuando arde y desespera
no es la muerte, nunca es el fin
pero asusta y nunca gusta
desagradable ya quisieras echarle fuera
exorcisar la incomodidad,
desadaptado total
llamando las luces de la mañana
cubran la oscuridad asfixiante
dando gritos al aire
para que su eco te rescate
llamando las aves del cielo
que se coman tu carne.
Un total desastre...
Te paras y nada es como antes
das un paso atrás y todo se reorganizó como menos pensaste
y cierras los ojos ni siquiera recuerdas como era
solo ese calor familiar,
que solo calienta por fuera
y quieres absorber cada gota de experiencia
decir aprendí la lección
a segundos de equivocarte
detener el tiempo, otra oportunidad
evitarte esta terrible incomodidad
perder la familiaridad
abandono completo, sin saber
en que tiempo y espacio estás.
El silencio otorga, y te otorga un segundo
para que habiendo cerrado tus ojos
manos en el pecho
una lágrima rode por tus mejillas
Entonces recuerdas, entonces de pronto
puedes sentir en tu interior como antes
y la puerta que se cerró, se abre
tienes 3 segundos para recomenzar
vamos, esta sensación no la quieres volver a experimentar
Te digo, levantate y corre veloz
no mires atrás
que todo esto se va a derrumbar
Espero en la penumbra no volverte a encontrar
la próxima, quizás no la vuelvas a contar.

Atte.
Quien te vió y quien te viera.






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