I
Bajo las escaleras, bajó las manos.
Rindióse una vez mas y acabó ese largo sendero
que la condujo perdida y oscura, esclavizante...
Bajó las manos y cerró los ojos, entregóse en cuerpo y manos,
incluso aquellos pies desnudos,
ofreciendo fuerza para correr otra senda,
ofreciendo una vida por vivir de otra manera.
Rindióse, bajo sus manos y palideció.
II
Desvanecióse entre la arena,
un grano mas entre tanta bruma costera
llevósela el mismo mar
meciéndola en su vaivén de cuna
ella aquella primorosa criatura,
de entre espinos se zafó, se abandonó
y la corriente del camino a su casa la volvió.
III
Dejó la escalera vacía, la arena vacía
la cama vacía, el camino vacío, la sombra vacía
IV
De prisa corre, despega
Paloma libre vuela
La sangre corriendo en la madera, ya sabes que por ti siempre espera
no has de volver atrás tu mirada hacia el cielo, Dios es tu lumbrera
abatido el mundo atrás se queda, con sus propias penas
cada día tiene su propio afán, el afán solos y tristes nos deja
-ya sabes-
tu eres el brillo de los mares, el canto de las aves
un rayo de sol que perdido, viaja iluminando
por completo nuestros valles
Adelante, un nuevo camino a ti te espera.
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